martes, 17 de mayo de 2011

'Brasil del 70': (VI)

La culminación de aquel fantástico Mundial de 1970 llegó con la final entre Brasil e Italia.

Italia ante Brasil sentía miedo y nadie olvida la imagen que se produjo cuando sonaron los himnos nacionales. Querían hacer pensar a Brasil que no tenían miedo, pero sí que tenían miedo. Sonó el himno de Brasil y los brasileños cantaban fuerte. Luego llegó el himno italiano, pero se quedaron petrificados mirando a los brasileños. Entonces, Sandro Mazzola habló con Burgnich -que estaba situado a su lado- y le dijo que si no cantaban el himno iban a pensar que les tenían miedo. Cantaron, pero les quedó un himno desastroso, porque las palabras no les salían por la emoción de jugar su primera final. Fue como si se corriera la voz, pues Bertini preguntó a Boninsegna si debían cantar y fueron cantando poco a poco. En el otro bando, también sufría Pelé, pues cuando estaban llegando al estadio le dio un ataque de llanto, fue como una descarga emocional y no paraba de llorar. Era el jugador con más experiencia y había llegado el momento de la verdad.


Los italianos Riva y Mazzola sacaron de centro. Antes del minuto 15 Brasil ya había sufrido dos ocasiones claras, en una de ellas, Riva sacó un impresionante potente disparo desde lejos. En la segunda, Mazzola puso un magnifico pase para el remate de cabeza de Riva desde el área pequeña de Brasil. En Italia están convencidos de que haber marcado el 1-0 hubiese cambiado el partido, porque eran muy buenos durmiendo los partido. Italia cometió un grave error en sus marcas al tener que marcar a delanteros de gran nivel: Tostao, Pelé, Rivelinho y Jairzinho. Para hacer estas defensas individuales, el seleccionador italiano tuvo que sacrificar a un centrocampista: Bertini, que persiguió a Pelé por todo el campo. Mientras, un defensa, Burgnich, marcaba a un centrocampista, que era Rivelinho. Eso dejó a Italia con inferioridad en el centro del campo y por tanto haciendo un enorme esfuerzo; por lo que pidieron al seleccionador que cambiara las marcas. Y por fin se decidió a hacerlo, pero en ese momento Brasil estaba en posesión del balón. Y los brasileños, que eran muy listos, vieron que Bertini se alejaba de Pelé y Burgnich de Rivelinho; sacaron rápido sobre Rivelinho, éste centró y Pelé, que estaba solo porque Burgnich estaba llegando, marcó el 1-0 gracias a un remate de cabeza tras un salto sobrehumano. Probablemente si habiera sido marcado de cerca le habría costado más dar un salto así. Pero Brasil también cometió errores y uno de ellos fue relajarse en exceso, pues con 1-0 en el marcador, Brito perdió el balón, propiciando que Riva estuviese a punto de encarar en solitario al portero Felix. Además, Mazzola empezaba a funcionar. En el minuto 36, Brasil pagó su suficiencia, un error de Clodoaldo al perder un balón, provocó una recuperación de Boninsegna, que superó a todos, y ante la salida de Felix hasta la frontal del área, tuvo suerte y mantuvo el balón en su poder, consiguiendo el gol que significaba el empate a uno. Empezaba un partido nuevo, con Brasil volcado al ataque.

En la segunda parte se sucedieron las ocasiones, entraron en acción Jairzinho y Carlos Alberto. A balón parado apareció Rivelinho. Italia fue fiel a su estilo a su poderoso contragolpe, como se demostró en un contrataque en el que Boninsegna dio el pase a Domenghini, que apareció en solitario en la banda derecha, pero su disparo tocó el pie del defensa Everaldo y se fue fuera, rozando al palo de la portería. El partido estaba para que se lo llevara cualquiera cuando Rivelinho sorprendió a todos con su pierna mala, la derecha, enviando un potente disparo desde la frontal del área al larguero. Después, el zurdo Rivelinho siguió machacando a Bertini, su nuevo marcador. Que Bertini persiguiese por todo el campo a Rivelinho fue un grave error, porque esto provocaba que quedase un enorme hueco libre en el centro del campo, que aprovechó el quinto número 10 de Brasil, Gerson, un jugador al que Italia no había considerado necesario marcar de forma individual, y jugó todo el partido totalmente solo. De esta forma, uno de los mejores volantes del mundo jugaba a sus anchas la final de un mundial. Brasil tenía superioridad en tres cuartos de campo, así conseguían liberar a Gerson, que organizaba las jugadas y ese fue uno de los errores más graves que cometió Italia. En el minuto 66, Jairzinho recibió el balón en tres cuartos de campo, estaba presionado por Facchetti, por lo que pasó en corto a Gerson, que estaba solo y que sacó un magnífico disparo desde la frontal del área que acabó en el fondo de la portería italiana. Solo iban 2-1, pero este gol terminó con los italianos, pues comprendieron que ya no tenían fuerzas para remontar.Italia se había desmoronado, y sus jugadores lo achacaron a la prórroga que habían jugado en semifinales:media hora más a 2000 metros de altitud fue un esfuerzo enorme. En el minuto 71 Gerson seguía a sus anchas,estaba situado en el centro del campo, por el lado izquierdo del ataque de Brasil, sin nadie presionándole y tuvo tiempo para pensar y ejecutar un pase sensacional a Pelé, que estaba dentro del área, éste tocó de cabeza para que Jairzinho que también llegaba al área,tocase lo suficiente con su pie derecho,para a pesar del agarrón de Facchetti,marcar el gol del 3-1. Además, Jairzinho consiguió el récord de marcar goles en todos los partidos de aquel Mundial. El partido estaba decidido,pero quedaba la guinda del pastel. En el minuto 86, Brasil seguía presionando como al inicio, Tostao rebó un balón que terminaría siendo un gol legendario, pero aquella jugada no fue fruto del azar, sino que fue muy bonita pero ya estaba planeada. Los brasileños ya sabían antes del partido como marcaba Italia. El gran error de Italia al jugar contra una selección como Brasil con jugadores excepcionales en el ataque fue mantener las marcas al hombre, acompañando. Así que Zagallo pidió a Jairzinho que se moviera lo más posible a la izquierda para abrirle espacio a Carlos Alberto en el lado derecho. Y justo hacia el final del partido, Jairzinho se escapó muy bien por el lado izquierdo y abrió aquel espacio enorme. Quizás los italianos pensaron que como estaban ya al final que ya no intentarían hacer una jugada por ahí.Pero sucedió y la jugada se desarrollo a la perfección:Jairzinho,Rivelinho,Tostao y Pelé se fueron hacia el lado izquierdo abriendo aquel enorme espacio para poder entrar Carlos Alberto y felizmente poder hacer el gol que perseguía.30 segundos tardó en marcar Brasil desde que robó el balón intervinieron 8 jugadores en todas las zonas del campo:Tostao,Brito,Clodoaldo,Pelé,Gerson,Rivelinho, Jairzinho y Carlos Alberto. Pero hubo otro pequeño detalle que influyó en el gol, y es que tras el pase de Pelé a Carlos Alberto, justo cuando iba a chutar el balón toca en un montículo y se levanta un poquito,justo para que él la empalmara.


El público, entrando en el campo, anticipó el pitido final.Brasil era tricampeona del mundo. Los espectadores trataron de robarles casi todo, por ejemplo Pelé se quedó con una sola bota, aunque luego se la vio a un policía y la recuperó,pero nunca pudo recuperar los pantalones. La Jules Rimet ya era suya, Carlos Alberto tuvo el honor de recibir aquel trofeo que pasaba a ser propiedad de la federación brasileña.

Ésta fue la historia del Brasil de 1970,la considerada mejor selección de la historia.

“No se hablaba de política en la selección de 1970. Nadie dio órdenes, pero era evidente que no seria permitido. No había ambiente, y yo solo quería jugar y ser campeón del mundo. Después de la Copa, inmediatamente al llegar al Brasil, fuimos para Brasilia para ser recibidos por el presidente Médici. Era el auge de la dictadura que yo tanto detestaba, y no quería ir. Pensé mucho, racionalicé que era preciso ir y que yo no podía confundir política con deporte. Me arrepiento de haber ido, pues era la oportunidad de mostrar mi indignación como ciudadano", aseguró Tostao, integrante del combinado nacional brasileño, años después.

sábado, 7 de mayo de 2011

'Brasil del 70': (V)

El 17 de junio de 1970, Brasil iba disputar las semifinales contra Uruguay. El partido más duro del Mundial. En primer lugar, por algo que había sucedido 20 años antes. Brasil había perdido su Mundial de 1950. Fue el famoso Maracanazo. Por entonces, Pelé y compañía eran unos niños, pero toda la prensa ya se había ocupado de recordarlo los días anteriores al partido. El español José María Ortiz de Mendivil fue el árbitro de la semifinal del 70 y dijo que Uruguay intentó intimidar a Brasil desde el sorteo de campos recordándole el Maracanazo. Los uruguayos entregaron el banderín correspondiente, recordando lo de Maracaná al capitán brasileño, Carlos Alberto; de esta forma los brasileños se ponían excesivamente nerviosos, pensando en la posibilidad de que volvieran a perder. Uruguay también recurrió a otra táctica para intimidar: las patadas.

Debido al juego duro de Uruguay, los brasileños sufrieron mucho en el inicio del encuentro, y es que eran duros incluso sin el balón de por medio. Pelé llegó a perder los nervios, ya que soltó un codazo a Fontes. El partido acabaría con 4 tarjetas amarillas y ninguna roja, algo impensable hoy en día, teniendo en cuenta la dureza del partido.

En el minuto 19, Morales recuperó el balón en el campo de Brasil, metió un pase en profundidad a Cubilla, que alcanzó el balón en el área y su disparo con la pierna derecha significó el 1-0 en el marcador a favor de Uruguay. En ese momento, los brasileños empezaron a desquiciarse y a discutir entre ellos. Brito recriminó algo a Felix, Piazza pedía calma y Gerson dice algo a Carlos Alberto, con Piazza de nuevo como mediador. Los nervios hacen incluso perder algunos balones fáciles, como un pase corto de Everaldo a Rivelinho, que éste no controla. Uruguay sigue a lo suyo, que es dar patadas; mientras Brasil no es capaz de crear ocasiones, solo asusta a balón parado.


Cuando estaba a punto de concluir la 1ª parte, se produjo el milagro, algo que muy poca gente sabe. Gerson era el cerebro del equipo y el técnico de Uruguay mandó seguirlo muy de cerca y Gerson no conseguía recibir el balón, tenía muchas dificultades. Hasta que en un momento dado Gerson se acercó a Carlos Alberto, como capitán del equipo que era y le pidió permiso para cambiar su posición con Clodoaldo. Gerson se quedó atrás y Clodoaldo tuvo más libertad para subir. De esta forma, Clodoaldo avanzó, recibió el pase de Tostao y empató el partido. Brasil empató el partido durante el descuento de la 1ª parte. Ésto propició la reacción de Brasil, iba a emerger Pelé, que comenzó a desequilibrar; luego aparecería Jairzinho, una figura imparable. Fue Jairzinho quien marcó el gol, después de recuperar el balón en su propia cancha, dio el balón a Pelé en el centro del campo, que se lo mete en profundidad a Jairzinho, que se fue de Matosas y definió con el 2-1. Aún quedaban dos momentos memorables, a pesar de que quedaran solo 20 minutos, cuando Tostao recibió el balón en el centro del campo, se lo dio a Pelé, que avanzó hasta llegar al área, estando allí dejó el balón en la frontal del área a Rivelinho que venía en carrera, y que consiguió el 3-1 a favor de Brasil, con un duro disparo. Luego, Tostao metió al balón en profundidad a Pelé, que llegaba como un rayo,regateó al portero en el borde del área sin llegar a tocar el balón, pero su disparo posterior se fue fuera por muy poco, tras una idea brillante que no acabó en gol. El partido se acabó con 3-1 para Brasil, y su fútbol brillante y ofensivo lo había colocado de nuevo en la final de un Mundial. En la final se enfrentarían al vencedor del partido de semifinales entre Alemania e Italia. En ese encuentro sucedió los siguiente:

En aquella selección italiana destacaban dos jugadores: Gigi Rivera y Sandro Mazzola. Pero cuando uno jugaba el otro se quedaba en el banquillo, era algo similar a lo que sucedería 30 años más tarde con Roberto Baggio y Alessandro del Piero. Italia se adelantó en el marcador en el minuto 8 con un gol de Boninsegna desde la frontal del área, tras una pared con Riva.Con el resultado de 1-0 aguantaron durante todo el partido,pero en el minuto 92, Alemania igualó el encuentro. Grabowski centró desde el lado izquierdo y Schnellinger hizo el gol que nadie esperaba; además, los italianos ya pensaban que jugarían la final sin disputar una prórroga. Fue un momento dramático en el que los jugadores italianos se sintieron muy cansados. En aquel partido, Mazzola fuera titular,pero a pesar de la buena 1ª parte que realizó, fue sustituido en el descanso por Rivera, lo cual provocó un gran enfado por parte de Sandro, que se metió en la ducha todavía vestido de futbolista. Tras la ducha, y ya vestido, Mazzola se sentó en el banquillo, desde donde presenció el sufrimiento de su equipo en la 2ª parte, con las continuas llegadas de Seeler, Held, Overath. El resultado final propició que se disputara una prórroga, una de las mejores de toda la historia. En la 1ª parte de la prórroga, marcó un gol Gerd Muller, que luego igualaría Burgnich, 4 minutos más tarde. En el minuto 104, Gigi Riva hizo el 3-2, gracias a un buen recorte en la frontal del área y su posterior definición. Ya en la 2ª parte de aquella histórica prórroga, en el minuto 110, Muller volvió a empatar. En el minuto 111, Boninsegna entró por la banda izquierda y pasó el balón atrás para que Rivera hiciera el gol que le daba el pase a la gran final.