martes, 17 de mayo de 2011

'Brasil del 70': (VI)

La culminación de aquel fantástico Mundial de 1970 llegó con la final entre Brasil e Italia.

Italia ante Brasil sentía miedo y nadie olvida la imagen que se produjo cuando sonaron los himnos nacionales. Querían hacer pensar a Brasil que no tenían miedo, pero sí que tenían miedo. Sonó el himno de Brasil y los brasileños cantaban fuerte. Luego llegó el himno italiano, pero se quedaron petrificados mirando a los brasileños. Entonces, Sandro Mazzola habló con Burgnich -que estaba situado a su lado- y le dijo que si no cantaban el himno iban a pensar que les tenían miedo. Cantaron, pero les quedó un himno desastroso, porque las palabras no les salían por la emoción de jugar su primera final. Fue como si se corriera la voz, pues Bertini preguntó a Boninsegna si debían cantar y fueron cantando poco a poco. En el otro bando, también sufría Pelé, pues cuando estaban llegando al estadio le dio un ataque de llanto, fue como una descarga emocional y no paraba de llorar. Era el jugador con más experiencia y había llegado el momento de la verdad.


Los italianos Riva y Mazzola sacaron de centro. Antes del minuto 15 Brasil ya había sufrido dos ocasiones claras, en una de ellas, Riva sacó un impresionante potente disparo desde lejos. En la segunda, Mazzola puso un magnifico pase para el remate de cabeza de Riva desde el área pequeña de Brasil. En Italia están convencidos de que haber marcado el 1-0 hubiese cambiado el partido, porque eran muy buenos durmiendo los partido. Italia cometió un grave error en sus marcas al tener que marcar a delanteros de gran nivel: Tostao, Pelé, Rivelinho y Jairzinho. Para hacer estas defensas individuales, el seleccionador italiano tuvo que sacrificar a un centrocampista: Bertini, que persiguió a Pelé por todo el campo. Mientras, un defensa, Burgnich, marcaba a un centrocampista, que era Rivelinho. Eso dejó a Italia con inferioridad en el centro del campo y por tanto haciendo un enorme esfuerzo; por lo que pidieron al seleccionador que cambiara las marcas. Y por fin se decidió a hacerlo, pero en ese momento Brasil estaba en posesión del balón. Y los brasileños, que eran muy listos, vieron que Bertini se alejaba de Pelé y Burgnich de Rivelinho; sacaron rápido sobre Rivelinho, éste centró y Pelé, que estaba solo porque Burgnich estaba llegando, marcó el 1-0 gracias a un remate de cabeza tras un salto sobrehumano. Probablemente si habiera sido marcado de cerca le habría costado más dar un salto así. Pero Brasil también cometió errores y uno de ellos fue relajarse en exceso, pues con 1-0 en el marcador, Brito perdió el balón, propiciando que Riva estuviese a punto de encarar en solitario al portero Felix. Además, Mazzola empezaba a funcionar. En el minuto 36, Brasil pagó su suficiencia, un error de Clodoaldo al perder un balón, provocó una recuperación de Boninsegna, que superó a todos, y ante la salida de Felix hasta la frontal del área, tuvo suerte y mantuvo el balón en su poder, consiguiendo el gol que significaba el empate a uno. Empezaba un partido nuevo, con Brasil volcado al ataque.

En la segunda parte se sucedieron las ocasiones, entraron en acción Jairzinho y Carlos Alberto. A balón parado apareció Rivelinho. Italia fue fiel a su estilo a su poderoso contragolpe, como se demostró en un contrataque en el que Boninsegna dio el pase a Domenghini, que apareció en solitario en la banda derecha, pero su disparo tocó el pie del defensa Everaldo y se fue fuera, rozando al palo de la portería. El partido estaba para que se lo llevara cualquiera cuando Rivelinho sorprendió a todos con su pierna mala, la derecha, enviando un potente disparo desde la frontal del área al larguero. Después, el zurdo Rivelinho siguió machacando a Bertini, su nuevo marcador. Que Bertini persiguiese por todo el campo a Rivelinho fue un grave error, porque esto provocaba que quedase un enorme hueco libre en el centro del campo, que aprovechó el quinto número 10 de Brasil, Gerson, un jugador al que Italia no había considerado necesario marcar de forma individual, y jugó todo el partido totalmente solo. De esta forma, uno de los mejores volantes del mundo jugaba a sus anchas la final de un mundial. Brasil tenía superioridad en tres cuartos de campo, así conseguían liberar a Gerson, que organizaba las jugadas y ese fue uno de los errores más graves que cometió Italia. En el minuto 66, Jairzinho recibió el balón en tres cuartos de campo, estaba presionado por Facchetti, por lo que pasó en corto a Gerson, que estaba solo y que sacó un magnífico disparo desde la frontal del área que acabó en el fondo de la portería italiana. Solo iban 2-1, pero este gol terminó con los italianos, pues comprendieron que ya no tenían fuerzas para remontar.Italia se había desmoronado, y sus jugadores lo achacaron a la prórroga que habían jugado en semifinales:media hora más a 2000 metros de altitud fue un esfuerzo enorme. En el minuto 71 Gerson seguía a sus anchas,estaba situado en el centro del campo, por el lado izquierdo del ataque de Brasil, sin nadie presionándole y tuvo tiempo para pensar y ejecutar un pase sensacional a Pelé, que estaba dentro del área, éste tocó de cabeza para que Jairzinho que también llegaba al área,tocase lo suficiente con su pie derecho,para a pesar del agarrón de Facchetti,marcar el gol del 3-1. Además, Jairzinho consiguió el récord de marcar goles en todos los partidos de aquel Mundial. El partido estaba decidido,pero quedaba la guinda del pastel. En el minuto 86, Brasil seguía presionando como al inicio, Tostao rebó un balón que terminaría siendo un gol legendario, pero aquella jugada no fue fruto del azar, sino que fue muy bonita pero ya estaba planeada. Los brasileños ya sabían antes del partido como marcaba Italia. El gran error de Italia al jugar contra una selección como Brasil con jugadores excepcionales en el ataque fue mantener las marcas al hombre, acompañando. Así que Zagallo pidió a Jairzinho que se moviera lo más posible a la izquierda para abrirle espacio a Carlos Alberto en el lado derecho. Y justo hacia el final del partido, Jairzinho se escapó muy bien por el lado izquierdo y abrió aquel espacio enorme. Quizás los italianos pensaron que como estaban ya al final que ya no intentarían hacer una jugada por ahí.Pero sucedió y la jugada se desarrollo a la perfección:Jairzinho,Rivelinho,Tostao y Pelé se fueron hacia el lado izquierdo abriendo aquel enorme espacio para poder entrar Carlos Alberto y felizmente poder hacer el gol que perseguía.30 segundos tardó en marcar Brasil desde que robó el balón intervinieron 8 jugadores en todas las zonas del campo:Tostao,Brito,Clodoaldo,Pelé,Gerson,Rivelinho, Jairzinho y Carlos Alberto. Pero hubo otro pequeño detalle que influyó en el gol, y es que tras el pase de Pelé a Carlos Alberto, justo cuando iba a chutar el balón toca en un montículo y se levanta un poquito,justo para que él la empalmara.


El público, entrando en el campo, anticipó el pitido final.Brasil era tricampeona del mundo. Los espectadores trataron de robarles casi todo, por ejemplo Pelé se quedó con una sola bota, aunque luego se la vio a un policía y la recuperó,pero nunca pudo recuperar los pantalones. La Jules Rimet ya era suya, Carlos Alberto tuvo el honor de recibir aquel trofeo que pasaba a ser propiedad de la federación brasileña.

Ésta fue la historia del Brasil de 1970,la considerada mejor selección de la historia.

“No se hablaba de política en la selección de 1970. Nadie dio órdenes, pero era evidente que no seria permitido. No había ambiente, y yo solo quería jugar y ser campeón del mundo. Después de la Copa, inmediatamente al llegar al Brasil, fuimos para Brasilia para ser recibidos por el presidente Médici. Era el auge de la dictadura que yo tanto detestaba, y no quería ir. Pensé mucho, racionalicé que era preciso ir y que yo no podía confundir política con deporte. Me arrepiento de haber ido, pues era la oportunidad de mostrar mi indignación como ciudadano", aseguró Tostao, integrante del combinado nacional brasileño, años después.

sábado, 7 de mayo de 2011

'Brasil del 70': (V)

El 17 de junio de 1970, Brasil iba disputar las semifinales contra Uruguay. El partido más duro del Mundial. En primer lugar, por algo que había sucedido 20 años antes. Brasil había perdido su Mundial de 1950. Fue el famoso Maracanazo. Por entonces, Pelé y compañía eran unos niños, pero toda la prensa ya se había ocupado de recordarlo los días anteriores al partido. El español José María Ortiz de Mendivil fue el árbitro de la semifinal del 70 y dijo que Uruguay intentó intimidar a Brasil desde el sorteo de campos recordándole el Maracanazo. Los uruguayos entregaron el banderín correspondiente, recordando lo de Maracaná al capitán brasileño, Carlos Alberto; de esta forma los brasileños se ponían excesivamente nerviosos, pensando en la posibilidad de que volvieran a perder. Uruguay también recurrió a otra táctica para intimidar: las patadas.

Debido al juego duro de Uruguay, los brasileños sufrieron mucho en el inicio del encuentro, y es que eran duros incluso sin el balón de por medio. Pelé llegó a perder los nervios, ya que soltó un codazo a Fontes. El partido acabaría con 4 tarjetas amarillas y ninguna roja, algo impensable hoy en día, teniendo en cuenta la dureza del partido.

En el minuto 19, Morales recuperó el balón en el campo de Brasil, metió un pase en profundidad a Cubilla, que alcanzó el balón en el área y su disparo con la pierna derecha significó el 1-0 en el marcador a favor de Uruguay. En ese momento, los brasileños empezaron a desquiciarse y a discutir entre ellos. Brito recriminó algo a Felix, Piazza pedía calma y Gerson dice algo a Carlos Alberto, con Piazza de nuevo como mediador. Los nervios hacen incluso perder algunos balones fáciles, como un pase corto de Everaldo a Rivelinho, que éste no controla. Uruguay sigue a lo suyo, que es dar patadas; mientras Brasil no es capaz de crear ocasiones, solo asusta a balón parado.


Cuando estaba a punto de concluir la 1ª parte, se produjo el milagro, algo que muy poca gente sabe. Gerson era el cerebro del equipo y el técnico de Uruguay mandó seguirlo muy de cerca y Gerson no conseguía recibir el balón, tenía muchas dificultades. Hasta que en un momento dado Gerson se acercó a Carlos Alberto, como capitán del equipo que era y le pidió permiso para cambiar su posición con Clodoaldo. Gerson se quedó atrás y Clodoaldo tuvo más libertad para subir. De esta forma, Clodoaldo avanzó, recibió el pase de Tostao y empató el partido. Brasil empató el partido durante el descuento de la 1ª parte. Ésto propició la reacción de Brasil, iba a emerger Pelé, que comenzó a desequilibrar; luego aparecería Jairzinho, una figura imparable. Fue Jairzinho quien marcó el gol, después de recuperar el balón en su propia cancha, dio el balón a Pelé en el centro del campo, que se lo mete en profundidad a Jairzinho, que se fue de Matosas y definió con el 2-1. Aún quedaban dos momentos memorables, a pesar de que quedaran solo 20 minutos, cuando Tostao recibió el balón en el centro del campo, se lo dio a Pelé, que avanzó hasta llegar al área, estando allí dejó el balón en la frontal del área a Rivelinho que venía en carrera, y que consiguió el 3-1 a favor de Brasil, con un duro disparo. Luego, Tostao metió al balón en profundidad a Pelé, que llegaba como un rayo,regateó al portero en el borde del área sin llegar a tocar el balón, pero su disparo posterior se fue fuera por muy poco, tras una idea brillante que no acabó en gol. El partido se acabó con 3-1 para Brasil, y su fútbol brillante y ofensivo lo había colocado de nuevo en la final de un Mundial. En la final se enfrentarían al vencedor del partido de semifinales entre Alemania e Italia. En ese encuentro sucedió los siguiente:

En aquella selección italiana destacaban dos jugadores: Gigi Rivera y Sandro Mazzola. Pero cuando uno jugaba el otro se quedaba en el banquillo, era algo similar a lo que sucedería 30 años más tarde con Roberto Baggio y Alessandro del Piero. Italia se adelantó en el marcador en el minuto 8 con un gol de Boninsegna desde la frontal del área, tras una pared con Riva.Con el resultado de 1-0 aguantaron durante todo el partido,pero en el minuto 92, Alemania igualó el encuentro. Grabowski centró desde el lado izquierdo y Schnellinger hizo el gol que nadie esperaba; además, los italianos ya pensaban que jugarían la final sin disputar una prórroga. Fue un momento dramático en el que los jugadores italianos se sintieron muy cansados. En aquel partido, Mazzola fuera titular,pero a pesar de la buena 1ª parte que realizó, fue sustituido en el descanso por Rivera, lo cual provocó un gran enfado por parte de Sandro, que se metió en la ducha todavía vestido de futbolista. Tras la ducha, y ya vestido, Mazzola se sentó en el banquillo, desde donde presenció el sufrimiento de su equipo en la 2ª parte, con las continuas llegadas de Seeler, Held, Overath. El resultado final propició que se disputara una prórroga, una de las mejores de toda la historia. En la 1ª parte de la prórroga, marcó un gol Gerd Muller, que luego igualaría Burgnich, 4 minutos más tarde. En el minuto 104, Gigi Riva hizo el 3-2, gracias a un buen recorte en la frontal del área y su posterior definición. Ya en la 2ª parte de aquella histórica prórroga, en el minuto 110, Muller volvió a empatar. En el minuto 111, Boninsegna entró por la banda izquierda y pasó el balón atrás para que Rivera hiciera el gol que le daba el pase a la gran final.

miércoles, 27 de abril de 2011

'Brasil del 70': (IV)

En cuartos de final del Mundial 70, Brasil se enfrentaba a la ofensiva selección de Perú, entrenada por el mítico jugador brasileño Didí, en el estadio de Jalisco. Fue un partido que entró en la historia por su belleza, se enfrentaron dos equipos que no sabían defender. Brasil disparó 27 veces a puerta y Perú disparó 23 veces a puerta, habiendo un total de 50 disparos durante todo el partido. Fue un partido sin tregua. Un encuentro para el recuerdo.

En el minuto 4 se produjo la primera gran ocasión, en un fantástico pase lejano de Gerson para que Pelé disparase al palo y para que Tostao, en el rechace, mandase el balón fuera. Pocos minutos más tarde Pelé centró desde la banda derecha y un grave error con el balón por parte del peruano Campos, permitió disparar a Rivelinho desde la frontal del área, un tiro pegado al palo que fue el primer gol del encuentro. Al poco tiempo, Perú tuvo una gran oportunidad que empezó con una combinación entre Challe, Mifflin y Cubillas, que se culminó con una triangulación al borde del área entre Mifflin y León, que pasó el balón a Cubillas, que falló en el mano a mano ante el portero brasileño Felix. El segundo gol de Brasil llegó en el minuto 15 en un corner que Tostao sacó en corto para Rivelinho, que devolvió el balón a su compareño, y el propio Tostao avanzó hasta disparar a puerta y marcar el gol. El líbero peruano Chumpitaz dio un pase largo a Gallardo, que se encontraba en la banda izquierda, éste encaró a Carlos Alberto, y desde una posición muy escorada chutó, consiguiendo el gol del 2-1. Una gran jugada individual de Tostao estuvo cerca de ser otro gol, pero el portero Rubiños despejó el balón a córner. Posteriormente, un pase de Jairzinho para Pelé estuvo a punto de ser gol, pues el disparo de Pelé desde la frontal del área fue sacado por el peruano Rubiños, justo sobre la línea de gol.


En la segunda parte, hubo una internada por la banda de Rivelinho, que centró el balón y Jairzinho fue el encargado de disparar desde unos 10 metros, pero su lanzamiento se fue fuera. Poco después, un pase en profundidad de Jairzinho para Pelé se convirtió en el tercer gol de Brasil, ya que Pelé dio una pase inteligente a Tostao, que volvió a marcar otro gol. Perú tuvo una gran acción de Sotil, que disparó, aunque ese balón fue rechazado y le cayó en los pies a Cubillas, que chutó desde la frontal del área, marcando un soberbio gol que era el 3-2. Cubillas casi empata el partido unos minutos más tarde, pero tras un fantástico regate disparó ligeramente desviado. El partido se sentenció en una jugada que comenzó Tostao en el centro del campo, dio el balón a Jairzinho que se la dejó a Rivelinho, y fue éste quien metió el balón en profundidad para la carrera por la izquierda de Jairzinho. Jairzinho regateó al portero peruano y empujó el balón, consiguiendo el 4-2 definitivo. A Brasil le estaba esperando Uruguay en el partido de semifinales.

miércoles, 13 de abril de 2011

'Brasil del 70': (III)

El 7 de junio de 1970 se disputó el segundo partido de Brasil en la primera fase del Mundial. Esta vez el rival era Inglaterra, que había ganado el Mundial anterior, el de 1966. El partido era a las doce del mediodía y las dos selecciones se iban a jugar el primer puesto de su grupo, con 37ºC de temperatura. Fue para Brasil el partido más duro de todo el Mundial, ya que fue posiblemente el mejor partido del Mundial, pues se enfrentaba la gran selección brasileña con la campeona del mundo del momento. El partido se iba a jugar en las peores condiciones de temperatura. El médico de Inglaterra había advertido que los manuales del ejército de Estados Unidos prohibían entrenar con tanto calor, pero a la FIFA no le interesaba. Los jugadores perdieron entre 4 y 5 kilos jugando bajo un sol de justicia. Brasil estaba sin Gerson e Inglaterra empezó con un juego duro de mucha presión sobre los rivales, en especial a Pelé. Sin Gerson, y con Pelé anulado, apareció Jairzinho, que volvió loco a su marcador en todas las zonas del campo.

En el minuto 10 del partido, se produjo una de las mejores paradas de la historia. Jairzinho centró desde la derecha después de que desbordara a su marcador a Pelé, que remata en el segundo palo con un cabezazo de gran potencia, pero el inglés Banks metió las manos a un cabezazo picado y lo envió hacia arriba, evitando el gol.


Todavía con 0-0, el portero brasileño Felix salvó a su equipo al salvar un remate de cabeza a pocos metros de la portería. En ese partido, hubo maravillas como un jugadón de Rivelinho, que regateó a un par de defensas y disparó con dureza desde la frontal del área. El gol de la victoria de Brasil vino en una jugada en la que Tostao aguantó el balón, centró a Pelé, que controló con clase y dejó el balón a Jairzinho, que fue el autor del gol que daba la primera plaza a Brasil, lo cual era vital en ese grupo 3, pues permitía seguir jugando en Guadalajara a nivel del mar. El segundo clasificado debía jugar en altura, sin tiempo a aclimatarse, quizás por eso Inglaterra perdió 3-2 una semana después ante Alemania.


El intrascendente tercer partido de Brasil era ante Rumania. En el once inicial, reservaron a Gerson y Rivelinho, y más le valía a Brasil, pues los rumanos ya habían lesionado a un par de ingleses, sus entradas eran salvajes. Y si fallaban en los golpes, se levantaban y perseguían a su jugador. A pesar de eso, Brasil ganó por 3-2 con un golazo de Pelé en un lanzamiento de falta lanzado de forma magistral: con potencia y colocación desde fuera del área. Después vendría una obra maestra de Jairzinho, pero Tostao hizo lo mejor del partido: un toque de tacón a una cierta altura, que permitió el gol de Pelé. La fase de grupos estaba superada.

miércoles, 6 de abril de 2011

'Brasil del 70': (I)

Recientemente, la prestigiosa revista World Soccer realizó una encuesta en la que se preguntaba qué equipo era el mejor de la historia. Los lectores situaron a la selección brasileña de 1970 en primera posición, por delante de Hungría '53 y Holanda '74. Otras dos selecciones brasileñas -las de 1958 y 1982- entraron en ese top10; mientras que el Milan de Sacchi, el Madrid de Di Stefano y el Milan de Cruyff fueron los tres clubes más votados.


El Mundial de México 70 fue el primer Mundial retransmitido por completo en color y el considerado, por la mayoría de especialistas, como el mejor Mundial de todos los tiempos. Pero sobre todo fue el que encumbró a una selección brasileña que desde entonces es considerada por muchos como el mejor equipo que ha pisado un campo de fútbol.
A escasos meses de que comience el Mundial de Sudáfrica 2010, ¿qué mejor ocasión que esta para analizar en profundidad lo que fue aquella selección brasileña?




                                                      Antecedentes

La selección brasileña aterriza en Inglaterra para jugar el Mundial de 1966, son los campeones del mundo y los grandes favoritos, pero están a punto de vivir una experiencia traumática. En el primer partido, ganan a Bulgaria por 2-0, con goles de Pelé y Garrincha. Pero a partir de entonces, nada bueno les iba a suceder. Pelé y Garrincha jamás volvieron a jugar juntos, las lesiones se lo impidieron. Brasil no estaba preparada para el fútbol físico con el que se iba a encontrar. En el segundo partido, sin Pelé, por lesión, Brasil perdió por 3-1 ante Hungría. En el tercer partido, el que no pudo jugar fue Garrincha, y Brasil volvió a perder, esta vez ante la Portugal de Eusebio por 3-1, en un partido en el que Pelé fue molido a patadas hasta que tuvo que retirarse por lesión. Brasil estaba eliminada, y Pelé decidió abandonar la selección. El Mundial de 1966 había sido trágico para Brasil, pero iba a servir de enseñanza; sería la semilla del Brasil del 70, el mejor equipo de la historia.


Sin embargo, en 1968, la Revista del Deporte brasileña titula en portada: “Nadie cree más en el fútbol del Brasil”. Brasil vive una durísima dictadura militar que necesita ganar el Mundial de 1970 y no se escatima en medios. Los militares obligan a Pelé a volver a la selección, se invierten 1,5 millones de dólares para preparar al equipo. Lo del 66 no se puede volver a repetir. Los jugadores de la selección se prepararon a conciencia para el Mundial de México.


Brasil había arrasado en la fase de clasificación, con 23 goles a favor en 6 partidos. Pero no todo iba a ser fácil. El seleccionador era el periodista Joao Saldaña, reconocido militante de izquierdas en un país regido por militares; además, empezó a no contar con Pelé. En un amistoso ante Bulgaria, antes del Mundial, Pelé salió únicamente en la segunda parte con el dorsal número 13, lo que parecía un sacrilegio. Un sacrilegio que los militares no piensan consentir. Además Emilio Médici -presidente del país- no tiene reparos en hablar públicamente sobre la seleçao, sobre quiénes deberían jugar y cómo. A esto reacciona Saldaña con un contundente “que el presidente se ocupe de nombrar los ministros de sus ministerios, la selección es responsabilidad mía”. Desde las altas esferas del gobierno se busca una excusa para quitar de en medio a Joao Saldaña. La excusa fue Darío ‘maravilla`, un futbolista del Atlético Mineiro, que era el protegido del presidente del país, Emilio Medici. Saldaña es cesado por no contar con él, aunque la realidad es que el gobierno tenía miedo de que Saldaña ganara el Mundial, era considerado un personaje peligroso para el régimen. Para suplirle, llaman a Zagallo.




Con la llegada de Zapallo, se produjo una celebre reunión en un hotel, donde se juntaron todos los mandamases del equipo con el nuevo seleccionador: Pelé, Rivelinho, Clodoaldo, Tostao y Gerson. Entre todos, decidieron cómo jugar. Además, le da total confianza a Pelé y convocó a Darío ‘maravilla`, que oficialmente fue José Santos. Brasil aterrizó en México con más presión que nunca, y con un seleccionador recién llegado; con Pelé como centro de atención, pues muchas de las otras estrellas eran todavía desconocidas. En el último partido de preparación, Brasil demostró su gran estado de forma ante el poderoso campeón mexicano, el Guadalajara, por 2-0 con un gol de Pelé, en el mismo estadio en el que luego jugarían durante la Copa del Mundo. Todo estaba preparado, iba a comenzar el Mundial que encumbraría al mejor equipo de todos los tiempos.

domingo, 27 de marzo de 2011

'Brasil del 70': (II)

Va a comenzar el Mundial de 1970, uno de los mejores y más duros de la historia. Los partidos se iban a disputar a mediodía y a las 4 de la tarde, por lo que los jugadores iban a perder mucho peso. Brasil agradeció la preparación física que había realizado, ya que las temperaturas también eran elevadísimas.


Brasil debutó ante Checoslovaquia, con un once titular formado por: Felix, Carlos Alberto, Brito, Piazza, Everaldo, Clodoaldo, Gerson, Jairzinho, Tostao, Rivelinho y Pelé.
La alineación estaba formado por 5 ‘10` de grandísimo nivel: Gerson, Tostao, Jairzinho, Rivelinho y el mejor jugador del mundo por entonces, Pelé. Durante el primer partido se pudo ver a Rivelinho regateando y creando peligro por la banda izquierda, a Gerson y Tostao asociándose para hacer magníficas paredes. El dominio era total, Brasil estaba pasando por encima de los checos cuando sucedió lo más inesperado, el gol de Checoslovaquia. Los 5 ‘10’ brasileños debían reaccionar y Rivelinho tardó solo 13 minutos en marcar un golazo de falta con una potencia asombrosa (era el minuto 24 cuando el marcador se situó en 1-1). Brasil sigue creando juego y Tostao muestra su clase en algunas acciones. Faltaba por aparecer Pelé, que cuando lo hizo desmintió a quienes decían que no estaba bien físicamente.


Antes del descanso, el propio Pelé estuvo a punto de hacer un gol histórico, con un disparo desde el centro del campo. El balón se fue a tan solo unos centímetros de la escuadra. Gerson dio un pase magistral a Pelé, que éste no desaprovechó e hizo el segundo gol para su selección. Gerson dio otro gran pase desde el centro del campo, esta vez a Jairzinho, que se anticipó al portero y le hizo un sombrero con el que pudo marcar otro gol. Para finalizar el partido, Jairzinho cogió el balón en el centro del campo y avanzó driblando a cuatro rivales. Cuando llegó al área disparó cruzado, haciendo el 4-1 a favor de Brasil. La 'canarinha' empezaba con buen pie.

sábado, 19 de marzo de 2011

Los inicios de Raúl, por Ramón Mtnez y Paco de Gracia

- Paco de Gracia. "Antes de irse al Atlético, cuando tenía 12 años, ya le teníamos visto y le quisimos fichar, pero el San Cristóbal de los Ángeles tenía un acuerdo de colaboración con el Atlético porque cedía sus campos a sus equipos y se lo terminó llevando. El presidente por aquel entonces, que era del Atlético, prefirió que se fuera al Manzanares. Yo le seguía viendo jugar con el Atlético y cada vez me daba más cuenta de que era un jugador distinto. Jugaba de extremo izquierda, pero metía goles a granel. Jugamos contra ellos la final de cadetes de Madrid. Perdíamos 0-2, le dimos la vuelta al partido, 3-2. Raúl marcó uno."

- Ramón Martínez. "Nosotros teníamos información de que Jesús Gil quería quitar las categorías inferiores y el jugador nos interesaba. Paco, desde enero del 91, estuvo detrás de él y del padre. Llamaba todos los días a su casa a las tres de la tarde. La verdad es que creo que los dos estaban ya un tanto hartos de él."

- Paco de Gracia. "Después de la final esa que comentamos, me fui a por su padre y le dije que se viniera con nosotros, que en cuatro años le veía jugando en el primer equipo. Yo ya no sabía qué decirle. Él me dijo que en dos. Acertó él. Raúl era entonces muy canijo, con las piernas arqueadas. Yo hablaba con los técnicos y algunos lo veía demasiado pequeño."

- Ramón Martínez. "Por fin le fichamos. Era el verano del 92. Le hicimos ficha de cadete, pero sin contrato. Los cadetes en aquella época no quedaban libres, quedaban retenidos hasta los 20 años. Se le prometió una cantidad económica de ayuda, que por esas cosas que pasan en los clubes no se la fuimos dando cada mes, pero que al final de año se la dimos. Creo que fueron 150.000 pesetas. Esa temporada la juega con el cadete A y acaba siendo campeón de España. En la final ganamos 7-2 y Raúl marcó cuatro goles. Mandamos a ese partido a García Hernández, que no le conocía, y al volver al club nos dijo que ese Raúl era un fenómeno."

- Paco de Gracia. "La segunda temporada pasó al juvenil A, el de división de honor, y acabó en el sub-19. Perdimos la final de la Copa del Rey contra el Barcelona, en Zaragoza."

-  Ramón Martínez. "Con los sub-19 no era titular. El entrenador no le ponía y él estaba muy enfadado, se le notaba cuando luego salía. En la final de Zaragoza coincidí con Johan Cruyff. En el descanso nos pusimos a hablar y me dijo que no teníamos a nadie, que ellos tenían mejor equipo, que tenían cuatro muy buenos: Celades, Iván de la Peña, Roger y Toni Velamazán... Yo no sabía qué responderle y le dije que nosotros los buenos los teníamos en el banquillo, porque allí estaban Raúl, Guti y Víctor. Algo tenía que decir.
Curiosamente unas semanas antes, Valdano, que ya había venido de Tenerife porque se iba a hacer cargo del primer equipo a la temporada siguiente (94-95), fue a la Ciudad Deportiva a ver un partido de esa Copa del Rey contra el Athletic. No le hablé de jugadores y cuando acabó el partido me dijo: "El 14 y el 16, los mejores". El 14 era Raúl y el otro creo que era Álvaro.

- Paco de Gracia. "Por esas fechas fue cuando nos enteramos de que el Atlético de Madrid iba a restituir las categorías inferiores y que su primera pesca quería que fuera Raúl. Nos enteramos también que habían hablado con su padre, que se había quedado en paro, y que le iban a ofrecer trabajo y un contrato profesional al chico. Si le hacían un contrato profesional, te quedabas sin él."

- Ramón Martínez. "Un día me llama Miguel Ángel Gil. Yo conocía al padre, pero a él no. Me dice que teníamos un chico que nos dieron ellos, que el chaval quería volver al Atlético y que a su padre se le ponía la carne de gallina cada vez que le veía con la camiseta blanca del Madrid porque toda la familia de Raúl era muy atlética. No me extrañaba nada de lo que me estaba diciendo porque nosotros ya sabíamos que Raúl estaba muy molesto con nosotros porque no había jugado muchos partidos de esa Copa del Rey sub-19 y que no descartaba marcharse.
Nos propone Miguel Ángel Gil que se lo dejemos y que nos ponen una opción de recompra barata. Yo le digo, textualmente, que está loco y que si lo quiere que pague la cláusula. Me pregunta que de cuánto es y le respondo lo primero que se me viene a la cabeza: mil millones. Se queda sin habla y nos despedimos. Lo siguiente que hago es coger otra vez el teléfono y llamar a Paco de Gracia para que se fuera a casa de Rául.

- Paco de Gracia. "Yo me acababa de ir esa misma mañana a Ibiza de vacaciones. y nada más llegar al hotel me llaman por megafonía. Entonces, ni móviles ni nada. Estaba en la piscina. Voy corriendo a la recepción y Ramón me dice que tenemos un problema tremendo porque el Atlético quiere a Raúl. Lo más que pude hacer es llamar por teléfono al padre. Estuvimos dos horas y media hablando y le convencí para que esa tarde fueran al Bernabéu a reunirse con Ramón."

- Ramón Martínez. "Nos reunimos con el padre, el hermano y con Raúl, y nada, nos dicen que se van al Atlético, que tienen una buena oferta, que incluso les han dicho que le pueden ceder al Cádiz... Intento convencerles, les ofrezco el mismo contrato que teníamos con todos los chavales y les cito al día siguiente, al mismo tiempo que llamo a Valdano, que ya estaba prepando el equipo para la temporada siguiente, y le digo que si se acuerda del "14" que había visto aquella tarde en la Ciudad Deportiva contra el Athletic. Me dice que sí, le digo que se llama Raúl y lo que pasaba. Le pido que me ayude por favor, que se venga por el club a las cinco de la tarde y que se haga el encontradizo, como si no fuera con él la cosa.
Jorge llega a las cinco y cuarto y entró "casualmente" en mi despacho cuando yo estaba reunido con ellos. Les presento y le digo que si se acuerda de Raúl, que le vio jugar un partido con el sub-19 unas semanas antes. Valdano le dice al jugador que se vaya con él a un despacho adjunto. Se van los dos solos. A los quince minutos, vuelven y Raúl les dice a su padre y a su hermano que ya no se va al Atlético, que se quedaba y que firmaba el contrato.
Cuando se fueron le pregunté a Jorge que le había dicho para convencerle y no me respondió nada especial. Meses después me confesó que le había engañado a Raúl. "Fue la primera vez que engañé a un futbolista, le dije que en breve estaría jugando partidos amistosos con el primer equipo...y jugó encuentros oficiales".
Después me fui al despacho de Manuel Fernández Trigo, que era el gerente y le mostré el contrato: cuatro temporadas a razón de 1 millón; 1,5; 2,5 y 4 millones brutos, más un sueldo mensual de 150.000 pesetas por catorce pagas. Total 17 millones. Le dije al gerente que si había que darle 50 le dábamos 50, pero que no se nos podía escapar.
No había que ser muy inteligente. Le habíamos visto jugar durante dos años y se le salía la vida por los ojos. Tenía voracidad, era ambicioso, listo, goleador. Recuerdo que un tiempo después, cuando ya estaba en el primer equipo, un día pasó por mi despacho, yo estaba con Julio Lasa, uno de los hombres que para mí más entiende de fútbol, de todos los que he conocido. Le presenté a Raúl y le dijo: "Le quiero dar dos consejos, jovencito. Tiene usted que mejorar la zancada en frecuencia y en amplitud, e intente usted despegar los codos del cuerpo cuando corre". Raúl le miró con atención y seguro que quedó con los mensajes, porque todo lo coherente que se le decía, lo asimilaba."

- Paco de Gracia. "Con los años, en el primer equipo fue haciendo todo lo que yo le había visto de infantil y juvenil. Lo hacía ya esa primera temporada. Ese regate con la izquierda, ese amago, lo tiene desde niño. Amagaba la salida para fuera y se iba para dentro. Te enseñaba el balón y te lo quitaba. Y siempre tuvo gol. Marcaba con la derecha, con la izquierda. Él, de profesional, ha jugado igual que de niño."

- Ramón Martínez. "Yo le pondría un diez en inteligencia y ambición."

miércoles, 9 de marzo de 2011

Los inicios de Raúl, por Rubén Cano

"A Raúl le llevaron al Atleti los ojeadores que teníamos por todas las zonas de Madrid. Iba dos años por delante de su edad y con nosotros estuvo dos temporadas. La primera en el infantil y luego le subimos al cadete, aunque le quedaban dos años todavía como infantil. Hacía goles de todas las formas. Jugaba en la izquierda y yo le llamada Maradonita.

Nosotros estábamos muy ilusionados con aquel equipo. El club nunca había sido campeón de España de cadetes y salir campeones significaba que teníamos a los mejores jugadores de 12 años de España. Y lo fuimos. El segundo año sabíamos que quedaba libre porque por la reglamentación no había forma de retenerlo. No se le podía engañar de ninguna forma. Por eso yo le intentaba convencer con cariño. Hablaba con él, le decía que era bueno. Maradonita para arriba, Maradonita para abajo.

En ese interín en el que intentábamos convencerle para que siguiera con nosotros, a Jesús Gil le convencieron para que la gestión de los equipos de la cantera pasara a unos particulares, a dos señores que tenían hijos en el mismo equipo que Raúl. Uno de ellos llevaba los campos de La Chopera y el otro era el productor de cine Esteban Alenda. Ellos pasaron a gestionar todo y corrían también con los gastos, que eran muchos, aunque no lo pudiera parecer.

Todo el mundo me decía que Maradonita se me iba a escapar. "Que se te va, que se te va...". Era como un martillo pilón con el que me daban en la cabeza. Yo me pasaba el día con el padre, Pedro. En mis treinta años en España no había ido a los toros, pero como yo sabía que a él le gustaban mucho, un día me fui con él. Yo no sabía nada, pero le preguntaba y él me explicaba. Se levantaba, aplaudía y yo no me enteraba un carajo.
De fútbol el padre sabía menos. Raúl era del Atlético y cuando ya parecía que los tenía a los dos convencidos para firmar, se me fue de verdad. Quedamos tal que para el día siguiente para la rúbrica y no vino. Luego me dijeron que fueron antes al Bernabéu y allí se quedaron. Me agarré bronca porque era bueno el pibe. El equipo metía 15 goles, preguntabas y él había hecho ocho. Si el equipo metía ocho, él hacía cuatro. ¡Y tenía 12 años!

Nunca más vi a Raúl hasta hace un año, más o menos, en el centenario de la Federación, que me invitaron. Qué casualidad que nos ponemos para hacer la foto oficial, miro para atrás y estaba él. ¡Qué casualidad! Le di la mano. Estuvo simpático conmigo. Sólo le dije una cosa: "Por vos casi me cortan los huevos. Me buscan por todos los lados por dejarte escapar". Él no decía nada, se cagaba de risa.
¿Y qué podía hacer? Se fue porque se fue. Quedaba libre, Paco de Gracia estuvo listo y lo cazó. Nosotros no estábamos tampoco para pujar por dinero. Él era hincha del Atlético, pero decidió el padre, que no le gustaba el fútbol."


Texto de Rubén Cano, ex-secretario técnico del Atlético de Madrid, publicado en el libro "Raúl, el triunfo de los valores", de la editorial Everest.

martes, 1 de marzo de 2011

Los inicios de Raúl, por Francisco de Paula

"Por entonces, la vida del ojeador-entrenador transcurría todos los fines de semana viendo partidos desde las ocho de la mañana del sábado hasta las diez de la noche del domingo. Curiosamente, la primera vez que le vi fue cerca de su casa, en una praderita en la que estaba jugando un partidillo con dos piedras como portería. Me quedé con él y pregunté dónde jugaba. Fui a verle al campo de Santa Eugenia, jugaba con el San Cristóbal. No pesaría más de 30 kilod, si llegaba, pero a pesar de lo pequeño que era tenía una calidad tremenda.

Continué viéndole. Me pasaba por casi todos los partidos del San Cristóbal para asegurarme de que realmente era lo que me había parecido. Iba casi de camuflaje para que no me reconocieran hasta que un día hablé con don Pedro, su padre. Le dije que estaba haciendo un equipo infantil para el Atlético de Madrid, que no tenía equipo en la categoría, y quería que Raúl se viniera con nosotros. Me dijo que él no podía llevar al chico a los entrenamientos y le contesté que si ese era el problema yo mismo iba a buscarlo con mi coche. Cualquier cosa menos dejarle escapar. Hablé también con el chaval y como también se mostraba reacio le dije que si aceptaba sería el capitán del equipo.

Entonces dijo que sí y convenció a su padre. Ya se le notaba que le gustaba ser protagonista en el campo. Jugar y mandar, sentirse importante. Le ponía de medio izquierdo, pero era casi un media punta, que entraba por ese carril de interior zurdo. Marcamos 308 goles, sólo recibimos uno y se lo hicieron al suplente, porque ese día no jugó el portero titular.
Al año siguiente me dieron el cadete A. Yo por aquel entonces era muy atrevido y le dije a Rubén Cano que si entrenaba a ese equipo le hacía campeón de España. Raúl dio el salto al cadete B porque era su primer año en la categoría, pero terminé convenciendo al club que debía estar conmigo un paso más adelante. Me decían que era demasiado pequeño, que era endeble, que se lo iban a comer...pero yo sabía quién era Raúl, cómo se las gastaba y me lo subí. Nos proclamamos campeones de España en Tenerife.

La final contra el Sevilla fue preciosa aunque acabara en empate sin goles. En la tanda de penaltis creo que lanzamos doce cada equipo, hasta que acertó un defensa nuestro y fallaron ellos. Raúl erró su lanzamiento y se quería meter debajo de la tierra, pero había sido de los mejores del partido y del torneo y eso que habíamos sido ocho equipos en la fase final.

Allí fue donde nos enteramos de que Jesús Gil quería quitar las divisiones inferiores a pesar del título que acabábamos de conseguir. Por allí ya estaban Vicente del Bosque y Paco de Gracia al acecho y comenzaron a hablar con Raúl. Finalmente se lo llevaron. A él, a Tote, a Herranz y a alguno más de ese equipo. Yo también me marché al Madrid como técnico y dos años después, cuando Raúl iba a firmar su primer contrato profesional, me puse en contacto con Fermín Gutiérrez para que le representara. Hasta entonces me tocaba a mí estar atento a él en la Ciudad Deportiva porque era el que más le conocía."


Texto de Francisco de Paula, entrenador de Raúl González Blanco en el equipo infantil y el cadete del Atlético de Madrid, publicado en el libro "Raúl, el triunfo de los valores", de la editorial Everest.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Los diarios secretos de Helenio Herrera (III)

Las páginas de sus cuadernos que hablan sobre el yoga, contienen varias figuras pequeñas en distintas posiciones, y las minuciosas anotaciones que aparecen, sugieren que inició una búsqueda para comprender la relación entre cada músculo del cuerpo y su impacto en algo mayor: el partido. Al lado de un hombre con la cabeza en el suelo, con las piernas estiradas en el aire y el peso de su cuerpo descansando sobre su cuello, Herrera había subrayado las palabras: "Circulación, metabolismo, vitalidad mental." Hoy hubiéramos buscado en Google estos diagramas, pero Herrera los dibujó uno a uno, con tanto detalle que el hecho de recordarlos era producto del amor. Al lado de estos hay un recordatorio escrito: "Fatiga, agotamiento físico, rejuvenicimiento, nervios de la columna, vertebrado, glándulas sexuales, páncreas, cerebro -sistema glandular relacionado con la cabeza."
Bajo títulos como "poder de la mente" y "poder del silencio", las reflexiones de Helenio revelan a un hombre cuyo interés en el fútbol -y la vida- va más allá del simple tópico de conceder un gol menos que el contrario. Las referencias habituales a la conciencia y a la 'súper conciencia' sugieren un interés por el psicoanálisis. Apuntes como "La mayoría de los obstáculos son de naturaleza mental" y "Las cosas tiene la importancia que tú le des" revelan su curiosidad por el poder de la mente. Muchas de sus frases comienzan con "En el fútbol, como en la vida..." y continúan sugiriendo que un paseo largo puede despejar la mente, o que la creencia en uno mismo es un requisito previo al éxito. Al leer estas notas, es fácil entender porqué Fiora insiste en que su marido era un auténtico hombre del renacimiento. Queda por debatir si fue el inventor del catenaccio, pero ella dice que su versión surgió del pragmatismo, no de la filosofía. Recuerda cuando perdió varios partidos frente a un equipo inferior, que sus jugadores deberían haber dominado fácilmente. Se dio cuenta de que sus oponentes reunían jugadores cerca de la portería, reduciendo el espacio para que sus delanteros marcaran. Impresionado, perfeccionó una formación defensiva más eficaz, donde cada jugador no sólo se limitaba a cerrar el espacio. Con la atención por los detalles propia de un estratega militar, el sistema de Herrera conducía el flujo del movimiento en el juego, creando una defensa impenetrable, que no impedía atacar a los jugadores. Puede que el Mago fuera responsable de formaciones muy defensivas, al estilo italiano, pero lo que transpira de la cita con Fiora y de las páginas de Tacalabala, es que tenía un talento increíble, que era un hombre dedicado, cuyo interés en muchos temas, que hoy van más allá del fútbol, sugiere que era un adelantado a su tiempo.

Ojeando las páginas de su libro, es extraordinario poder leer frases como "La duda no debe entrar en mí" o "El que juega para uno mismo, juega para el contrario. El que juega para el equipo, juega para uno mismo." Están escritas a mano en un cuidado francés, por un hombre que recibió una educación elemental hace casi cien años. Al traducirlas, algunas notas y máximas pueden sonar trilladas. Pero Fiora señala que estos eran realmente los pensamientos con los que vivía, con los que motivaba a otros y con los que animaba, tras la decepción de la derrota. El encanto principal de Tacalabala reside en la evidencia concreta que proporciona sobre la humanidad de Helenio Herrera. Su meticulosa atención por los detalles y el sorprendente alcance de sus intereses, lo señalan como uno de los hombres más excepcionales de la historia del fútbol. No sabemos con exactitud cuándo nació, ni cómo creó su magia, pero podemos estar seguros de que vivió según su propio lema: "No hay nada difícil. Lo único que hay que hacer es empezar."


Fuente: Revista oficial Uefa Champions League - Febrero/Marzo 2010

Más información: http://www.fioragandolfi.it/books/books.htm

martes, 15 de febrero de 2011

Los diarios secretos de Helenio Herrera (II)

La cuidadosa selección de apuntes y dibujos de Herrera, que ha hecho Fiora, aporta una nueva visión de sus detallados estudios tácticos y su total interés en cada factor que pudiera afectar a las mentes y cuerpos de sus jugadores. Entre todas las curiosidades, hay un bonito dibujo de un diagrama del esquema W-M, fechado en 1925, que sugiere que Herrera conocía este sistema, mientras Herbert Chapman lo desarrollaba en Inglaterra. El libro tambíén incluye el CV de Herrera, firmado por él, pero sin fechas, como si los años fueran irrelevantes. Ahora, Fiora es una señora mayor, va vestida con un excéntrico vestido de gafas rojas sobre su cabeza. Vive en el palazzo que compartía con Helenio en Venecia (está enterrado en una tumba tallada como la Copa de Europa, en la isla veneciana de San Michele). Fiora y Helenio se conocieron cuando ella fue a entrevistarlo. Trabajó de periodista de moda y todavía diseña moda. El español que habla Fiora es sudamericano, y utiliza una jerga argentina antigua que sugiere que Helenio hablaba así. A pesar de que abandonó Argentina de joven, debió mantener este acento. Las frases que usaba Helenio ("Ganaremos sin bajar del autobús") reforzaron su reputación de arrogante. Pero los apuntes que hay en sus cuadernos, lo contradicen. Se dice a si mismo que hay que "ser modesto" y "tener compasión de los demás." Junto a éstas aparecen observaciones más reflexivas como "no hay situación desesperada" e incluso un juego de palabras en español: "Ocuparse, no preocuparse".

Gracias a estos cuadernos, Herrera emerge con un carácter más excéntrico, curioso e inteligente, en lugar del líder autoritario del folclore del fútbol. Aunque rehúya los motes como el Mago, Fiora dice que la etiqueta tiene sentido. "Magia es una palabra que se usa para algo que no se puede explicar," dice. Mientras jugaba de defensa en Marruecos y París, hablaba a un nivel alto el árabe, español, francés e inglés. Fiora explica que, en aquellos días, era tan poco usual ver a alguien que pudiera comunicarse sobre el campo con todos los jugadores, a pesar de su lengua materna, que las aptitudes de Helenio se atribuyeron a la magia. Su costumbre de hablar todas esas lenguas a la vez, incluso inventándose su propia jerga, no hicieron más que agrandar su aura mágica.

Puede que a Herrera no le gustara la etiqueta del Mago, pero creía en la magia. Estaba convencido de que el balón tenía propiedades mágicas: "Tocar el balón es bueno para la mente." El ritual de antes de los partidos en el vestuario, donde sus jugadores estaban obligados a jugar con el balón, reflejaba que creía que, incluso al tocarlo brevemente, generaba una fuerza interior.
El fútbol era la vida de Helenio, pero ha sido el amor por el arte de su mujer, lo que nos ha revelado su acercamiento al juego. Recientemente, se quedó encantada al recibir una carta de un periodista italiano, que señalaba que cuando recitas la alineación de il Grande Inter, ésta encaja con la estructura silábica (dos líneas de siete sílabas, seguidas de una de once) de un poema del escritor renacentista italiano, Petrarca. Procede a recitarlo teatralmente: "Sarti, Burgnich, Facchetti, Bedin, Guarnieri, Picchi, Jair, Mazzola, Peiró, Suárez, Corso." Los puristas discutirían que el Inter de Herrera era, en términos futbolísticos, cualquier cosa menos poético. Su reputación era de un maniático del control, que controlaba todo de sus jugadores. Se dice que cuando llegó al Inter, llamó a las mujeres de sus jugadores y les ordenó que cocinaran un tipo de platos de una manera especial. En aquel momento, un comportamiento así parecía extraño. Pero 40 años después, parece algo visionario. Luis Suárez, quien jugó con Herrera en el Barça y en el Inter, dijo: "Nunca antes se había visto un énfasis tan grande en la forma física y psicológica. Hasta que apareció él, el entrenador no era importante."


Si no estaba metiendo un dedo en vino para tocar la frente de su delantero, estaba preocupándose de tener la cantidad necesaria de oxígeno o diciendo a sus jugadores que durmieran mucho. El interés de Helenio por el bienestar de sus jugadores, hizo que institucionalizara il ritiro o la concentrazione -el equipo pasaba recluido unos días para preparar un partido. Tuvo esta idea cuando se estaba recuperando de otro accidente. "Se rompió la pierna en España y tuvo que quedarse en el hospital," dice Fiora. Como buen lector, Helenio quería encontrar un libro para leer durante su recuperación. Pero en un Hospital español, sólo pudo encontrar la Biblia. Intrigado, leyó algunos textos religiosos, sorprendiéndole el cuento de un santo que solía retirarse del mundo para encontrar la paz interior. Llegó a la conclusión de que, tras varios días alejado de las preocupaciones de la vida diaria, puedes alcanzar un alto nivel de concentración. Los futbolistas deberían hacer eso, pensó, y así nació il ritiro.


Fuente: Revista oficial Uefa Champions League - Febrero/Marzo 2010

Más información: http://www.fioragandolfi.it/books/books.htm

miércoles, 26 de enero de 2011

Los diarios secretos de Helenio Herrera (I)

"Je suis vivant." Esta frase del cuaderno de Helenio Herrera significa, literalmente, "Estoy vivo." El jugador y entrenador, quien ganó dos Copas de Europa con el Inter, escribió esto tras un accidente de coche, donde se fracturó la columna. En sus diarios privados -cuyos extractos han sido publicados por su viuda Fiora Gandolfi- repasa toda su vida y repite esta frase, como si al hacerlo pudiera eliminar todo influjo negativo. Puede que Herrera odiara que le llamaran el Mago -"Esta palabra no pertenece al fútbol. Pasión y fortaleza sí son palabras de fútbol"- pero sus diarios demuestran que comprendió el poder del ritual y recurrió a todo, desde el yoga, hasta el psicoanálisis y la Biblia, para mejorar su visión del fútbol y llevar al límite a sus equipos.


Herrera nació hace casi un siglo. Sus padres huyeron de la confusión política de Europa. Su padre, descendiente de árabes de África del Norte, y su madre, una española criada por una familia gibraltareña, se establecieron en el salvaje El Tigre, un delta de un río al norte de Buenos Aires. Y, como ocurre con los hombres que se hacen mundialmente famosos, incluso las partes sencillas de su vida se convierten en leyenda. Cuando Helenio nació en una de las pequeñas islas de El Tigre, su padre tardó tanto en encontrar un bote para llegar al registro, que su fecha exacta de nacimiento no se conoce. Sin embargo, otros creen que los errores en el registro se deben a que su padre no quería pagar el impuesto. Las posibles fechas varían: algunos sugieren 1916, otros creen que el 2010 es el centenario de su nacimiento.


Aunque fue Argentina lo que más le marcó, Herrera fue un ciudadano del mundo -incluso del mundo del fútbol- representando muchas experiencias culturales y tácticas. De niño, los Herrera abandonaron Argentina y se fueron a Casablanca. Primero jugó en Marruecos, luego en París, y, antes de alcanzar el éxito con el Inter de Milan (el mayor logro de su carrera), creció como técnico en Francia y España. Con él, el Inter ganó la Serie A en 1963, 1965 y 1966, y la Copa de Europa en 1964 y 1965. La Grande Inter de Herrera sigue provocando debates. Pero hablar sobre comportamientos sin escrúpulos, estrategias y métodos dictatoriales, no deberían ensombrecer que fueron el primer equipo moderno.

La viuda de Herrera discute estos temas mientras pasa las páginas del volumen que ha publicado como tributo a su marido. El libro se llama Tacalabala -una transcripción fonética literal de la frase francesa "tu qui as la balle" (tú con la pelota), la frase favorita de Herrera. Fue lo primero que dijo a los jugadores del Inter en italiano cuando llegó. Su significado era: "Pégate al balón y no hagas florituras." También le gustaba cómo fluía el sonido en la frase; le recordaba a las palabras mágicas "abracadabra".


Fuente: Revista oficial Uefa Champions League - Febrero/Marzo 2010

Más información: http://www.fioragandolfi.it/books/books.htm