martes, 1 de marzo de 2011

Los inicios de Raúl, por Francisco de Paula

"Por entonces, la vida del ojeador-entrenador transcurría todos los fines de semana viendo partidos desde las ocho de la mañana del sábado hasta las diez de la noche del domingo. Curiosamente, la primera vez que le vi fue cerca de su casa, en una praderita en la que estaba jugando un partidillo con dos piedras como portería. Me quedé con él y pregunté dónde jugaba. Fui a verle al campo de Santa Eugenia, jugaba con el San Cristóbal. No pesaría más de 30 kilod, si llegaba, pero a pesar de lo pequeño que era tenía una calidad tremenda.

Continué viéndole. Me pasaba por casi todos los partidos del San Cristóbal para asegurarme de que realmente era lo que me había parecido. Iba casi de camuflaje para que no me reconocieran hasta que un día hablé con don Pedro, su padre. Le dije que estaba haciendo un equipo infantil para el Atlético de Madrid, que no tenía equipo en la categoría, y quería que Raúl se viniera con nosotros. Me dijo que él no podía llevar al chico a los entrenamientos y le contesté que si ese era el problema yo mismo iba a buscarlo con mi coche. Cualquier cosa menos dejarle escapar. Hablé también con el chaval y como también se mostraba reacio le dije que si aceptaba sería el capitán del equipo.

Entonces dijo que sí y convenció a su padre. Ya se le notaba que le gustaba ser protagonista en el campo. Jugar y mandar, sentirse importante. Le ponía de medio izquierdo, pero era casi un media punta, que entraba por ese carril de interior zurdo. Marcamos 308 goles, sólo recibimos uno y se lo hicieron al suplente, porque ese día no jugó el portero titular.
Al año siguiente me dieron el cadete A. Yo por aquel entonces era muy atrevido y le dije a Rubén Cano que si entrenaba a ese equipo le hacía campeón de España. Raúl dio el salto al cadete B porque era su primer año en la categoría, pero terminé convenciendo al club que debía estar conmigo un paso más adelante. Me decían que era demasiado pequeño, que era endeble, que se lo iban a comer...pero yo sabía quién era Raúl, cómo se las gastaba y me lo subí. Nos proclamamos campeones de España en Tenerife.

La final contra el Sevilla fue preciosa aunque acabara en empate sin goles. En la tanda de penaltis creo que lanzamos doce cada equipo, hasta que acertó un defensa nuestro y fallaron ellos. Raúl erró su lanzamiento y se quería meter debajo de la tierra, pero había sido de los mejores del partido y del torneo y eso que habíamos sido ocho equipos en la fase final.

Allí fue donde nos enteramos de que Jesús Gil quería quitar las divisiones inferiores a pesar del título que acabábamos de conseguir. Por allí ya estaban Vicente del Bosque y Paco de Gracia al acecho y comenzaron a hablar con Raúl. Finalmente se lo llevaron. A él, a Tote, a Herranz y a alguno más de ese equipo. Yo también me marché al Madrid como técnico y dos años después, cuando Raúl iba a firmar su primer contrato profesional, me puse en contacto con Fermín Gutiérrez para que le representara. Hasta entonces me tocaba a mí estar atento a él en la Ciudad Deportiva porque era el que más le conocía."


Texto de Francisco de Paula, entrenador de Raúl González Blanco en el equipo infantil y el cadete del Atlético de Madrid, publicado en el libro "Raúl, el triunfo de los valores", de la editorial Everest.

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